martes, 24 de agosto de 2010

Teno uno ayayay en el pechito...


Entré a mi cuarto y ahí estaba, callado, como si supiera cómo me siento, creo que ni siquiera se atrevía a mirarme, no cómo lo había hecho siempre incluso luego de pasar más de una noche sin cuidarle el sueño...

Se sentía triste, se acerca su primer cumpleaños y sabe que no tengo el ánimo de celebrárselo, sabe que incluso podría no pasarlo con él, pero no le importa, sabe que en el fondo podría tratarse de mi posesión más preciada, de mi mejor recuerdo.

Tal vez es lo que ocurre cuando te conocen tan bien, cuando te ha visto sonreir y llorar, cuando te ha visto tener largas conversaciones telefónicas o cuando escribes en el blog eso de "porque un abrazo de 5min me puede devolver toda esa fuerza que siento perder cuando algo que es importante en mi vida se ve amenazado y me demuestra toda la fragilidad que puedo tener dentro" y cuando ve la tristeza de saber que ese abrazo de 5min no va a volver a suceder, cuando se da cuenta que hay alguien a quien no va a volver a ver.

No tuve más remedio que abrazarlo, no fue necesario decirle cuánto lo quería, y lo bien que se siente saber que al día siguiente lo voy a ver a mi lado, pero fue inevitable llorar al ver en su mirada cómo me leía la mente con un "Teno uno ayayay en el pechito"

lunes, 16 de agosto de 2010

Sólo tocando fondo se aprende...

"Y uno aprende..." dijo Borges. Todo en la vida tiene consecuencias, a veces catastróficas, y hay que afrontarlo. Sé que en este momento sólo cosas buenas me van a pasar, pero, ¿a qué precio? llámenme elitista, arribista o lo que sea, pero en este punto de la vida puedo jurar que de todas las cosas materiales que he querido y por consiguiente he tenido, ninguna me da la satisfacción que me da esa sonrisa sincera, ese bonito momento, saber que ese alguien existía.
Una vez más la vida me pone donde tengo que estar, y me recuerda lo que debo ser, queda más que claro que sólo soy una ficha del destino de la cual éste cada vez se burla más y le asegura que nunca conocerá la verdadera felicidad.
Me declaro oficialmente triste, oficialmente arrepentida de muchas cosas, oficialmente avergonzada, oficialmente en el fondo, sin egos de por medio, sin miedo a decir "lo siento" o de decir "gracias" sin miedo a admitir que a pesar de todo ha sido de lo mejor que me ha pasado en la vida...
Powered By Blogger