sábado, 11 de diciembre de 2010

Cuando ya no es cuestión de disculpas...

Hay embarradas que pueden ser divertidas, hay embarradas que conllevan a una reconciliación divertida pero hay embarradas que van dejando marca, una es simple, graciosa y con una sonrisa basta. La segunda ya no da tanta risa, pero bueno qué más da para qué amargarse el rato... la tercera no causa risa, es más puede hacer llorar y un "lo siento" calma en el momento, pero queda esa sensación del "pero, ¿por qué lo hace?". Llega un momento en que ya una cuarta cansa, y ni vale la pena esperar la disculpa y el "no lo vuelvo a hacer" simplemente deje así.
Cuando ya no hay forma de expresar las inconformidades, cuando las diferencias son irreconciliables con una persona, para qué seguir esforzándose? ese amigo, novio, conocido, colega, no le va a dar importancia a cómo uno se siente cuando la embarra, incluso si uno da el primer paso para arreglar las cosas, es más creo que eso es el más grave error, porque es más frustrante cuando el otro no muestra ningun interés por poner cuidado a esos errores... cuando eso pasa, no hay un "lo siento" que baste, ni intentar seguir como si nada, es mejor dejar así.
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