martes, 30 de octubre de 2012

OMG, ¡lo dije!... de cómo dije "Yo no creo en el matrimonio"

Nathuen se casa, sí, y no es que no nos lo imagináramos, simplemente, no era lo que proyectaba cuando entramos a la universidad. 
A toda mina que se va a casar, hay que hacerle su respectivo agasajo, drinks, música, detalles obsenos, regalos eróticos; el rollo es que Nathuen es en exceso sentimental y pulcra, ergo, no nos excedimos en  escandalizarla sino que fraternalmente recordamos anécdotas de ella y su futuro esposo y de cómo logramos ser tan importantes en su vida como para que nos incluyera en el selecto grupo de asistentes a su boda.
Como toda persona sentimentalista, quiso recibir palabras de apoyo y un mensaje de cada una respecto a esta nueva etapa. Muy tiernamente una a una fue deseándole muchos éxitos, diciéndole lo lindo que era ver que había encontrado alguien tal para cual y que todas la veían casada con ese buen muchacho (la mayoría la conocieron luego de la universidad). Llegó mi turno y el sentimentalismo me invadía, es de mis amigas más cercanas, pasamos traumas juntas, borracheras, enfermedades y tusas, sobre todo tusas, si alguien me ha visto llorar y maldecir por mis relaciones fallidas, fue ella y a pesar de ser de las que no opinan siempre ha escuchado la quejadera típica de una entusada. Tal vez esto fue lo que me llevo a iniciar mi discurso con algo que jamás pensé decir en voz alta, "Yo en realidad, no creo en el matrimonio..." ella sólo sonrió, pero las demás se sonrojaron como si hubiera nombrado a alguna amante de su futuro esposo, yo misma me sorprendí de escucharlo en voz alta, siempre lo había pensado pero jamás lo había dicho y menos tan seriamente.
Más sin embargo, decirlo en voz alta fue como soltar una cuerda que me ataba a una realidad social, una realidad impuesta, no, yo no creo en el matrimonio, he visto tantas parejas "felices" en las cuales la felicidad consiste en que cada quien hace sus cochinadas por su lado y la gracia es que el otro jamás se entere, pero eso sí, mantienen su hogar, porque es que la/lo respetan mucho, porque es que mis hijos, porque es que el dinero... he visto gente muy bien casada, muy por la ley, muy por la religión, y se maltratan, en todos los sentidos, o viven en función de juzgar a los demás o a los que no han hecho las cosas "como Dios manda", y me pregunto, ¿es que Dios manda que nos metamos en la vida ajena? no fue Jesús el que dijo: "¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?" (Mateo 7:3) ahhhh bueeeeeno.
En realidad yo no creo en el matrimonio, creo que jamás lo haría, creo que mis convicciones, incluso religiosas, son demasiado serias e importantes como para ponerlas en manos de otra persona, no creo que pueda llegar a confiar tanto en alguien, no para hacerme creer en el matrimonio. Sé que puedo llegar a querer mucho, incluso pensar en estar con una persona por mucho tiempo, tal vez por siempre, pero no, no puedo estar de acuerdo en someter a esa persona a estar conmigo por una unión insoluble, sin quererme, porque respeta el hogar, por los hijos, por dinero... porque "Dios manda".

martes, 23 de octubre de 2012

Le voy a presentar una enemiga que tengo... apenitas para usted

Hay gente que en serio es que no da pa' más... no se ayudan, no evolucionan y tras del hecho quieren cambiarlo a uno para que entre en su misma mamertera.
¡ME REHÚSO! yo no pienso sentirme mal por mi forma de ser y menos cambiar porque me da embarrada hacer sentir mal a alguien, y no es que me vaya a volver una rata o que sea mala gente, pero es que yo no soy un peluche, no me gustan las cursilerías, a mí me gusta es que me hagan reír y qué diablos, ¡que me demuestren las ganas también! no siempre, claro, bien es decir que el que muestra el hambre no come, pero ajá, uno de vez en cuando espera que le digan algo más que un "tan linda", tienen que entender la actitud de "no me cómame" ay no se hagan mensos, que la tensión se siente y si no inspiran un mal pensamiento no van a llegar ni a la base 0, no dejarán de ser un amigo Sprite.
Cuando a uno le gusta un hombre, se le nota, el sabio Diomedes lo dijo "se te nota en la mirada ay negra, se te nota en el andar" eso no es de gratis, y el tipo que diga que no diferencia de cuando una mina quiere ser amiga o algo más es porque se está engañando a sí mismo, créame, no le tienen ganas.
Cuando esos tipos Sprite se me aparecen, tan oportunistas ellos, tan desparchados, tan perfecticos para cambiarlo a uno me dan unas ganas de decirles "uy le voy a presentar una enemiga que tengo, apenitas para ud...", qué encarte de tipos, cómo no querer desenhuesarse cuando uno se da cuenta que no lo quieren a uno por lo que es sino por lo que ellos quieren creer que uno es y además cuando juzgan a todo aquel que no está en su nivel de "decencia" y no aceptan ni un comentario de doble sentido. No es que uno quiera un cerdo, pero como dijo mi amigo, "Yo no soy malpensado, tengo una mente sexy" y eso es lo que hace falta para hacerlos interesantes... abajo los mamertos! bien abajo y si es debajo de esa vieja que nos cae bien mal, mejor aún, bien abajo ambos!!!!

miércoles, 17 de octubre de 2012

♪Pío, pío, pío, cuando tienen hambre, cuando tienen frío...♪

Los últimos eventos transcurridos desde que decidí desenfocarme de aquel ente fogoso que me trasnocha han sido bastante particulares en cuanto a que he logrado mantenerme bastante distraída hasta el punto de reclamación del tipo de "ud se olvidó de mí, ¿no?". Obviamente no iba a responder que si y menos si mi excusa incluía un estereotipo ausente en mi dieta vegetariana: el pollo.
El problema del pollo es que cansa, a diferencia de la carne, pero cuando uno va por la calle y pasa por una polleria de esas broasted quién se aguanta esa sensación crocante al morderlo, esas ganas de comérselo con toda... bueno en realidad mi problema es ese, las ganas de comérselo, que no están.
El pollo de mi cazuela ha sido bastante caballeroso, y ni decir del trato que me da, soy toda una princesa y hasta se ha dado el lujo de hacerse extrañar, con sus llamadas, mensajes, halagos y detalles, no voy a negar que a veces soy yo la que cae en el juego de querer llamar la atención y soy la primera en escribirle con cualquier excusa de índole ambiental.
Pero el sentimiento de culpa llega cuando sabiendo que sé lo que él no es capaz de decirme, sigo sin bajarlo de la nube, aunque quedaría muy ridículo de mi parte hacerle algún reclamo o frenarlo en seco si me va a decir aunque sea por orgullo "¿está loca?" o "¿está envideada?". No tengo una evidencia tangible de que el man guste de mí, o sea es evidente y obvio pero sin decirme nada no puedo frenarlo y aunque mi comportamiento le ha dejado ver que en este momento NADIE es de mi gusto, creo que él guarda la esperanza de que yo pueda tomarlo en serio.
En este momento está decidido a que vaya a almorzar con él, hasta me buscó un restaurante vegetariano, pero si el tipo se decide a darme la estocada final ¿cómo le voy a decir que no? ¿será mejor reusarme a la invitación y mejor sigo disvariando con el cuento de que Mr T me encanta y no puedo estar con nadie más, sólo para que desista de seguir detrás mío? ¿y si en realidad no quiero que no esté más detrás mío? ¿y si en el fondo la Sprite que todas llevamos dentro me gana y hace que lo siga usando para beneficio de mi ego y me convierto en lo que tanto odio? 
Pío, pío, pío...
Powered By Blogger