miércoles, 27 de noviembre de 2013

De cómo pierdo tiempo valioso en una incapacidad...

Tener mucho tiempo para pensar es nocivo para la salud mental. Uno se pone a maquinar tantas vainas inútiles y se arma unos videos que hasta cambia las respuestas obvias que ya le dieron de frente. Muy seguramente me demore en publicar este post porque por andar pensando bobadas que me preocupan no se me ocurre un "De cómo..." para titularlo.
Lo digo porque llevo 5 días de incapacidad y entre revisar trinos que no cambian mucho en una hora, publicaciones en facebook que son la "compartición" de la compartidera y tratar de entablar conversaciones inteligentes en whatsapp, no logro quemar toda la energía que me genera la coca cola que me estoy tomando al día por la ansiedad de no hacer nada.
Le he parado bolas a la parte del horóscopo que me dice que si quiero encargar estoy en el momento preciso de fertilidad (como quien dice, súmele abstinencia a la incapacidad), intenté armar el libro de Cesar Millan que Aisha rompió *ironía* para poder terminarlo de leer, he identificado más de 10 canciones con Shazam que no había logrado decifrar y he tomado fotos día a día de la evolución de mi rodilla.
Me da un poco de frustración ver estos días tan poco aprovechados pero no tengo mucho material aprovechable sin poder salir y el internet me causa cierto cansancio mental que creo no es conveniente para pasar una incapacidad. Solo me queda agradecer la compañía de las personas que pueden aportarme alguna distracción útil para no desgastar mi memoria en acontecimientos recientes que sólo vale la pena ser aprovechados para generar felicidad.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Tan bronca que cualquier soga revienta... de cómo tengo cascos flojos

Me he lesionado una rodilla, y lo peor aún no sé cuánto tiempo voy a estar así y qué tan grave sea.
Mientras tanto está lloviendo a cántaros y todos los planes que podría hacer requieren que mis dos piernas se encuentren en sus completas facultades motoras.
La parte bonita de todo esto es que he notado claramente quienes estan verdaderamente pendientes de mí por afecto y que puedo cosechar cosas lindas por todo lo que he hecho bien en el pasado por las personas que he querido. También me di cuenta que quisiera poder cachetear al que duró perdido por dos años como lo hizo Jane Foster, pero esa es otra historia.
Por ahora espero que el sistema de salud algún día me permita encontrar un ortopedista que defina la suerte de mi ligamento y que no sea nada grave a ver si vuelvo a ser la misma hormiga hiperactiva que suelo ser.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Después de los gozosos... llegan los embarazosos

Cuando uno ha tenido el mejor día del año, el resto solo puede ser descenso. Baby B. como siempre prefirió evitar confrontaciones y dejó que todo fluyera, al fin y al cabo esa es su zona de confort, donde no debe pelear, donde solo sonríe y todos son felices... por fuera.

No exige nada, y no quiere profundizar en lo que sabe que la aterra. Darse cuenta que no es la misma, que sí ha cambiado y que estar en esta situación la hace cambiar aún más. Que no tiene el control de nada diferente a la rutina de todos los días pero que su cabeza por dentro da mil vueltas como una molécula tetravalente. Un día ama, otro detesta, un día amanece queriendo darlo todo y se estrella contra un muro indiferente que le recuerda que no debe volar tan alto con ese sentimiento. Al día siguiente quiere dejar todo y decide que definitivamente no quiere estar en ese juego porque siente que se merece algo mejor y que no le costó tanto salir de ahí como para volver a quedarse estancada en medio, pero se estrella con la nube de sentir que vale la pena soñar otro poquito y que tal vez algún día todo podrá mejorar y tomar forma, la forma que ella quiere, que algún día quiso.

Ha tocado fondo, porque jamás pensó que podría tener tanta paciencia, que podía ser tan tranquila y tolerante, porque se ha dado cuenta que tal vez la lección que debe aprender es que no todo se debe solucionar de inmediato y hay cosas que tienen un tiempo exacto para suceder y no tiene que darse cuando ella quiere, como está acostumbrada. Al final, siempre habrá valido la pena, incluso si vuelve a ser una decepción, será momentáneo porque todo ciclo por el que ha pasado le ha dejado claro que no podía haber sido de otra forma, ella siempre está en el momento indicado en la situación indicada y con la persona indicada. Que no existen las coincidencias, que el señor Destino le ha preparado cada segundo de su existencia para formar una historia que vale la pena vivir, que vale la pena aprender, que vale la pena recordar.

Finalmente decide esperar, ya ha tenido su mejor día del año, lo disfrutó, lo sintió y lo vivió al máximo, recordó lo que tanto le gustaba de ser quien es y por qué debía volver a esa situación, la vida se lo debía, ella misma se lo debía, él se lo debía, se lo debían. Darse cuenta que no todo tiene que ser malo. Que cada cosa finalmente encaja en su lugar y que en definitiva aún no ha llegado el momento del "finalmente".

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Crónica de una culpa anunciada...

Has fantaseado con este momento por mucho tiempo, casi tres años. Por fin ha llegado. Sabías que pasaría, muy dentro de ti algo decía que volvería a suceder, que ese tema no estaba cerrado. No se dudó, tampoco se planeó, una semana, una cita y un "OK". 
No hay fecha concreta pero sabes que va a pasar, aunque en realidad no sabes nada más, haces las reparaciones del caso, todo impecable, tú impecable, algo te dice que va a ser hoy. Tiene que ser hoy.
Nada pasa, no hay llamada, no hay mensajes, tal vez debas ponerte la pijama y simplemente descansar, pero puedes esperar 5 minutos más, máximo 10. Han pasado 8 y recibes un "Hola", llegó la hora de la verdad.
Estás perfecta, preciosa, todo preparado, suena el teléfono y el momento ha llegado. ¿Quién dijo que ha pasado todo ese tiempo? si pareciera que fue ayer cuando le viste por última vez, acá no ha pasado nada, todo sigue igual, no hay que hablar, cierras la puerta y la única salida para romper el hielo es la televisión, aunque en realidad no se siente incomodidad, tal vez no hay hielo por romper. 
Aunque se sienta igual, se veia igual, incluso se comporte igual, no es el mismo. Nunca va a ser el mismo. Su aroma es distinto, sus palabras son un poco distintas. El tiempo sí ha pasado, pero te diste cuenta tarde, ya no puedes deshacer lo hecho, sólo te queda vivir con esa sensación. El tiempo sí ha pasado, para tí también, no sientes devoción, no eres la misma, tenías que cumplir ese ciclo, tenía que pasar, tenías que entender, todo parece ser lo mismo, quisieran que fuera lo mismo, pero no lo es y hay que afrontarlo, para bien o para mal, aprender a vivir con ello, ¿seguir? ¿detenerse? ¿acoplarse? tal vez tome más tiempo del que ha pasado para decidirlo. Lo único que sabes ahora es que es más de lo que odiabas y menos de lo que solías amar.

"Tranquillité d'espirit"
Powered By Blogger