miércoles, 26 de febrero de 2014

Llega febrero con su alegría... de cómo arranca un nuevo año.

Las ocupaciones del 2014 se han encargado de desconectarme completamente de las delicias de escribir en un blog (que sí). En realidad, me di cuenta que lo melodramático de la novela que estoy viviendo sentimentalmente se estaba apoderando de las pocas lineas que empezaba a redactar cada vez que intentaba iniciar un nuevo post, y eso, me parece bastante injusto teniendo en cuenta la esencia de lo que soy y lo que me gusta escribir.
De nuevo, no mucho, el mismo con la misma, con la misma fantasma que es mi misma demonio y que supongo que es el karma que tengo que pagar por haber sido el fantasma y demonio de las 4 intermedias con las que intentaron cachonearme y reemplazarme. Que la mensajería instantánea para celular se ha vuelto mi peor enemiga y que estoy tratando de controlar mi impulso de renovar equipo, de revisar cada minuto si me han escrito, si están en linea, si me dejó en leído... ya ad portas de los 30 (conste que me falta un año) las preocupaciones van siendo reemplazadas por entender que todo tiene solución y que un día más o un día menos, un mensaje más o un mensaje menos no hace la calidad de una relación.
Que en cuestiones de dinero lo primero que hay que hacer es salir de deudas, que primero las más grandes y luego las "chichiguas", ya lo estoy logrando, espero a fin de año ser millonaria y poder abrir un motel, ya que evidentemente es el único negocio realmente rentable y que tiene poco riesgo de quedarse sin clientela (busco inversionistas). Para la salud, nada como nadar, 3 o 4 veces a la semana por una o dos horas, pero nadar en serio, no ir a echar ojo si hay tipos lindos o ponerse a hablar sobre los chismes de la semana. En modo ñoño he logrado disminuir las dolencias y retomar todos los conocimientos de natación adquiridos de haberla practicado hasta hace 6 años con juicio.
Que la rodilla ya funciona mejor pero me quedan 4 meses para estar segura de volver a repartir patadas. Que Aisha sigue creciendo y es la única constante y estable de mi vida, no sobra decir que la sigo queriendo igual, o incluso más. Que en la familia todo marcha bien y en calma y ojalá esta situación dure. Obviamente me refiero a mi núcleo, los que somos y los que estamos.
Que en el trabajo pocas cosas cambian pero sigo pensando que tal vez muchas cosas se pueden mejorar, lo importante es la actitud... y el presupuesto.
Finalmente, que el 2014 puede ser mejor, y debe ser mejor, así en diciembre no tenga ni plata, ni motel, ni novio por lo menos voy estar contenta.
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