domingo, 1 de febrero de 2015

No te creas... de cómo conocí Monterrey

Octubre 16 de 2014

Mientras voy volando a ciudad de México, noto muchas cosas que en realidad me molestan de mi vida actual. Por ejemplo, por qué nunca he ido a unas vacaciones de verdad con alguien a quien de verdad quiero. Por qué en mi familia no acostumbran a viajar tan seguido como deberían, aún teniendo medios para hacerlo, todas estas cosas de salir del país sería más fácil si desde pequeños tuviéramos la cultura de viajar (debo acostumbrar a Daniela a hacerlo desde ya, un buen comienzo es Barcelona). La batería de mi celular dura muchísimo más cuando estoy en modo avión, es decir que acabo de encontrar que la culpable del alto consumo de energía es la red de movistar y más aún, las pésimas coberturas en mi adorada Colombia.

Irónico es que se supone que desde que renuncié iba a terminar muy juiciosa de ver How I Met Your Mother, no lo he hecho y acaban de poner la 7ma temporada en el avión, ALERTA SPOILER PARA MÍ. Debo decir que esta aerolínea no me ha parecido para nada mala (teniendo en cuenta que pagué casi el 80% de lo que valen los tiquetes ida/vuelta a mi destino) aunque tuve una epifanía un poco extraña mientras recogían los recipientes de la cena; si en este momento tenemos una “crisis” epidémica respecto al ébola, creo que las aeromozas deberían utilizar aunque sea guantes al recoger cubiertos y vasos con los que otras personas han consumido sus alimentos, y peor aún han tenido contacto con fluido corporal y las vías aerobias. Pero todo esto posiblemente es por mi psico-rigidez y evidente repulsión al contacto físico con extraños, igual creo que ellas deberían tener más cuidado.

Actualmente me queda una hora y media de vuelo aproximado y aún no ha oscurecido, siento que estando en tan buen estado físico y de salud en el que me encuentro ahora, debo aprovechar más todas las oportunidades que tengo en mi vida, entre eso terminar de ver HIMYM y totalmente evitar ver todo el spoiler al cual estoy siendo sometida en este momento en el avión.



Al llegar de Monterrey, una nueva perspectiva se apoderó de mí. Por ejemplo, "Yo ya ni de amor ni de hambre me muero" y aunque me doliera admitirlo tenía que ser consciente, ya no iba para ningún lado sentimentalmente. Segundo, amo mi país con locura pero definitivamente se puede vivir mejor. Y para terminar, quisiera salir de mi zona de confort para vivir mejor (lo cual viene siendo una fusión de la uno y la dos).


Contando con que soy la única persona que se lesiona siempre que va de viaje, sé de antemano que debo viajar con una venda incluida y México no fue la excepción, sin embargo, llegando a buen término con la crema de árnica, el diclofenaco y los masajes de mi prima superé este impase.

Debo agradecer infinitamente a la vida, al destino, a Dios, a Enrique, a Laura, a mi abuelito haber podido tener esta experiencia, creo que ha sido lo mejor abrir los ojos tan de repente, conocer personas geniales, aprender a "tomar" el bus, aprender a beber tequila y a comer taquitos, que la comida mexicana en Colombia no es ni punto de comparación y que todo alimento queda bien acompañado con una tortilla. Definitivamente infinitas gracias.



Powered By Blogger