martes, 23 de abril de 2013

Me estoy enamorando... ah no, es hambre.

He completado un año como ovolactovegetariana. A pesar de la poca fe de mi madre, de mi familia, de mis amigos, lo he logrado; no me como nada que haya estado "vivo" (que posea sistema nervioso central) en algun  momento de existencia. Ya no me "como lo que se mueva".

La ventaja que ha tenido esta iniciativa sobre el resto de mis ideales, es que a pesar de la imposición de la sociedad, de los que me cataloguen de aburrida, de vivir en un país 100% de cultura carnívora, he podido sostenerlo y cada vez me convenzo más de que no incurriré nunca en el sacrificio de animales, por lo menos, no por mi culpa.

Más sin embargo, creo que toda esta fuerza de voluntad ha influido en todos los aspectos de mi vida, es como si hubiera perdido la inocencia y no esa inocencia de niña pequeña que sé que no tengo, sino esa donde uno cree en los demás seres humanos y les cree más que a uno mismo. Por pura supervivencia nos comemos a otras especies, luego, ¿no es obvio que por pura supervivencia nos mintamos entre nosotros mismos? Bueno, no es que yo esté justificando el hecho de mentirle a las personas que nos rodean pero es que es inevitable que muchos con tal de tener a alguien a su lado sostengan una doble vida, se comuniquen por distintos medios con aquellos que no quieren que sepan de la existencia de otros, que mantengan promesas o ilusiones con tal de saber que siempre podrán contar con alguien a quien por apego, ego o necesidad de aprobación no quieran dejar ir. Hay muchas personas a las que no he querido dejar ir pero ha sido necesario, e incluso ha sido lo más sano, como dejar de comer carne (en mi caso) no vivir con ansiedad constante de saber si vive, si no vive, si hizo o si no hizo, si habló o no habló, si recordó u olvidó...

Sé que soy una bola, una bola completa, que me convencen fácil, que me afecto rápido, que me involucro aún más fácil, que me tomo en serio lo que por lo general es broma y que tal vez lo estoy viviendo, como el ciclo que debe repetirse 6 veces y terminar en una 7ma, que debo hacerme la idiota y agradecer que no lo dejé pasar a mayores ni fue nada público, que hablo justo lo necesario y SOBRETODO que no fue iniciativa mía, porque sería más traumático saber que todas las veces soy yo la que se arrepiente, pero mis arrepentimientos no han afectado mi orgullo... por lo menos no hasta ahora.

Estaré a salvo mientras la escoba nueva me siga barriendo bien, pero sé que no va a durar, entonces tendré que recurrir a métodos de distracción para amortiguar cuando me vuelva a dar cuenta que la supervivencia de los otros humanos está por encima de todo incluso de la lealtad, fidelidad, confianza e incluso amor que le guardo a quien no me quiere dejar ir. Ojalá algún día se vuelvan vegetarianos.

"Tranquillité d'esprit..."
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