martes, 24 de agosto de 2010

Teno uno ayayay en el pechito...


Entré a mi cuarto y ahí estaba, callado, como si supiera cómo me siento, creo que ni siquiera se atrevía a mirarme, no cómo lo había hecho siempre incluso luego de pasar más de una noche sin cuidarle el sueño...

Se sentía triste, se acerca su primer cumpleaños y sabe que no tengo el ánimo de celebrárselo, sabe que incluso podría no pasarlo con él, pero no le importa, sabe que en el fondo podría tratarse de mi posesión más preciada, de mi mejor recuerdo.

Tal vez es lo que ocurre cuando te conocen tan bien, cuando te ha visto sonreir y llorar, cuando te ha visto tener largas conversaciones telefónicas o cuando escribes en el blog eso de "porque un abrazo de 5min me puede devolver toda esa fuerza que siento perder cuando algo que es importante en mi vida se ve amenazado y me demuestra toda la fragilidad que puedo tener dentro" y cuando ve la tristeza de saber que ese abrazo de 5min no va a volver a suceder, cuando se da cuenta que hay alguien a quien no va a volver a ver.

No tuve más remedio que abrazarlo, no fue necesario decirle cuánto lo quería, y lo bien que se siente saber que al día siguiente lo voy a ver a mi lado, pero fue inevitable llorar al ver en su mirada cómo me leía la mente con un "Teno uno ayayay en el pechito"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger