sábado, 26 de junio de 2010

De cómo no se dimensiona el daño causado...

Es fácil usar las cosas que los demás aprecian para herirlos, es fácil tratar de dar escarmientos, es fácil callarnos las cosas sólo para evitarnos confrontaciones... lo difícil radica en devolver el tiempo cuando el daño ha sido hecho.
A veces es muy tarde, a veces se ha causado tanto dolor por nimiedades que uno jamás imaginaría, no es el hecho de secar las lágrimas, es el hecho de hacerlas aparecer, no es el hecho de querer curar con un "lo siento" es el hecho de que cuando debía sentirlo no le importó, es cuando no se dimensiona cuánto puedes dañar a alguien que realmente te quiere, es cuando el corazón de esa persona se hace pequeñito, pequeñito, casi imperceptible y se encoge tanto que alcanza a doler, es un dolor casi físico...
Herir no es un juego, no es una broma, y no es la forma de demostrarle a alguien cuanto te importa o cuánto te duelen sus acciones o palabras, y es la forma más obvia de proyectar la inseguridad y la desconfianza que esa persona debería ver en si mismo...

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